jueves, 7 de marzo de 2013

La Noche en que Atacaron

Era de noche, y aun no dormía, mi madre me había cobijado. Pero mi padre no había llegado, yo mientras veía aquel techo estrellado, debido a la lampara de buró que tenía. Escuchaba lo que pasaba en mi casa. Ningún ruido en un principio, mas sabía que ellos estaban ahí. En la oscuridad, no temblé pues sabía que mis padres me protegerían, parpadeaba de vez en cuando. No grite, pues sabía que nadie vendría. Se escuchaban ruidos en las calles, rugidos de las multitudes incontrolables. Hambrientas, con deseos de cerebros, recorriendo las calles lentamente. Casa por casa, disfrutando de manjares de todo el mundo. Evitaron el sushi de la familia Wong, tres casas abajo, pero disfrutaron de toda la familia. No se comieron la lasagna de los Allegretto, pero alegremente saborearon a todos, incluyendo a los invitados Rodriguez que habían llevado tacos. Estaban a unas casas de nosotros cuando de pronto en un abrir y cerrar oí a mi padre llegar y a mi cama se acerco a darme un beso de buenas noches. Increíblemente había sido capaz de protegerme, de aquellos zombies con los que soñaba.