sábado, 30 de octubre de 2010

Caida Libre

Caía y caía, a través de un gran tubo de metal. Sí lograba dirigirse a uno de los bordes sentía donde un tubo acababa y otro comenzaba, sin embargo, no dejaba de caer. Tarde o temprano, tenia que llegar a algún lugar.

Era un tubo color gris, lo único que había visto por horas. El sentimiento del viento pegando en su cara hace tiempo ya no sentía, y el olor a oxido ya no se percibía. Ahora empezaba a notar cambios de color, ciertas partes del tubo contrastaban diferente, algunas llegaban a los azules, otras a los grises y unas mas a los rojos, los colores se repetían una y otra vez. Hasta que la cuenta se comenzaba a perder.

Sus verdes ojos perdían el enfoque, y sin la saliva suficiente para saborear algo que con paracaídas era maravilloso, la caída se volvía desesperante. Hace mucho tiempo cuando era joven se acuerda de lo que escribió en su diario, un día donde la caída de paracaidismo había sido mas increíble de lo normal:

Las nubes hacían muchas formas, algunas eran animales otras edificios incluso había barcos y coches. Traté de ver alguna nube parecida a una nave espacial, pero tristemente no había ninguna. Una tras otra, pasaba yo cada nube, una zanahoria seguida de un conejo parecían acercarse mutuamente. Cada nube hecha de pequeñas gotas de agua, unidas por razones que aun desconozco, juntas en este caso para hacer una impresionante nube con forma de Ferrari. Una gota junto a otra, pequeños puntos en el espacio formando figuras, arboles y flores, coches y autobuses, lanchas y cruceros, llenando el cielo de nubes como solo ellas pueden hacerlo.

Desde el punto de  vista de las nubes, la ciudad se ve mas pequeña que una hormiga pero a la vez mas grande que una semilla. Los coches corriendo en las calles, las calles atravesando edificios pequeñas casas apenas visibles entre algunos edificios, y personas en todos los lugares, adentro de los edificios , adentro de las casas y mas aun en los rápidos coches que circulan la ciudad. Cada uno con la mente en sus propios asuntos, conociendo y olvidando gente en el proceso y haciendo su vida día a día.

Veo aun todo esto mientras caigo por el cielo, observando todas y cada una de las nubes formar imágenes ante mis ojos, la ciudad creciendo a cada momento. Las casas eran ahora del tamaño de una hormiga y después los coches llegaron a ser como insectos, a partir de ese momento la caída fue decreciendo en velocidad y el paracaídas aumentando en tamaño, las cosas crecían. Hasta que sano y salvo llegue al suelo.

Recuerda lo que es caer por un cielo lleno de estrellas, expandir el cuerpo para hacer mas lenta la caída y admirar un cielo despejado. Se imagina lo que seria estar en una caída cerca de una montaña y ver como la montaña crece a cada momento y lo que en un principio es una mancha verde comienza a parecerse cada vez mas a un bosque repleto de arboles.

Pero aun la imaginación de un quark tiene sus limites cuando en sus últimos segundos de vida ve a otro quark acercarse a su misma velocidad y en linea recta contra el. Algunos científicos imaginarían aquí una escena donde ambos quarks se abrazan, pero lo que en verdad ocurre es una gran explosión.

Ni los quarks ni los humanos que estaban realizando pruebas en el GCH(Gran Colisionador de Hadrones) escucharon el grito de muerte de los dos quarks cuyas vidas acabaron en este momento y la primera y ultima prueba del gran tubo para acelerar partículas acabo de una forma un tanto inesperada para unos y de la forma mas esperada para otros. Actualmente y en una civilización muy diferente a ese momento se le conoce como la Gran Explosión.